¿Por qué todavía tenemos miedo a la terapia hormonal?
Jul 27, 2025
Introducción:
En sesiones con mis clientes, en redes sociales, en conversaciones entre amigas, el mismo patrón se repite una y otra vez: mujeres que no duermen, que se sienten tristes sin razón, que no reconocen su cuerpo… y que aún no saben que lo que están atravesando tiene nombre, causas y soluciones. Una de ellas es la terapia hormonal. Pero mencionar esa posibilidad sigue generando miedo. ¿De dónde viene ese temor? ¿Y qué nos está costando mantenerlo?
Aunque no lo creas, gran parte de ese miedo colectivo se originó hace más de 20 años, con un estudio muy difundido que asoció el uso de hormonas en mujeres menopáusicas con mayores riesgos de salud. Lo que no se explicó en su momento fue que la mayoría de esas mujeres ya estaban en edad avanzada, que se usaban formulaciones antiguas, y que con el tiempo se comprobó que iniciar terapia hormonal en los primeros años tras la menopausia no solo es seguro, sino que puede traer múltiples beneficios.
Sin embargo, el daño estaba hecho. Muchos médicos fueron formados con esa visión limitada y temerosa.
A esto se suma que en la formación médica tradicional, la menopausia apenas ocupa un par de horas. Así, es habitual que las mujeres reciban tratamientos para los síntomas —ansiolíticos, antidepresivos, calmantes— pero no una evaluación hormonal completa ni la posibilidad de considerar una terapia que ataque la raíz del problema.
Además, el peso cultural nos dice que esta etapa “hay que aguantarla”, que es parte de envejecer, que no se puede hacer mucho. Pero eso no es medicina. Es abandono.
Mientras tanto, la falta de hormonas impacta en nuestra salud ósea, muscular, cardiovascular, sexual, cognitiva y emocional. Y aunque no todas las mujeres necesitan terapia hormonal, todas merecen saber que existe, que es segura cuando se indica correctamente, y que hay médicos especializados en acompañar este proceso.
Además, hay una dimensión económica que no se suele nombrar: las hormonas bioidénticas no pueden ser patentadas. Son efectivas y accesibles, pero no rentables. Por eso muchas industrias prefieren promover alternativas costosas: suplementos “milagrosos”, pastillas para dormir o productos “para la mujer moderna”. ¿Quién gana con eso? No siempre nosotras.
Lo que sí está claro es que necesitamos más acceso a información real, más conversaciones honestas y menos miedo.
Si estás atravesando cambios y no sabes si son hormonales, o si ya identificaste síntomas de perimenopausia y no sabes por dónde empezar, quiero ofrecerte dos recursos que pueden ayudarte a reconectar contigo misma:
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No estás exagerando. No estás sola.
Y no tienes por qué seguir adivinando qué te pasa.
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Déjamelo saber en los comentarios o escríbeme directamente. Juntas, podemos atravesar esta etapa con claridad, poder y placer.